sábado, octubre 17, 2015

Dentro del espejo la continuidad

   El pestañeo se clava en las palpitaciones de luz de las estrellas y el colectivo cruza por Puerto Montt esta noche del 16 de octubre del 2015, rompiendo el silencio de algunas arterias poblacionales para entrar de lleno en el centro, donde las aguas del seno de Reloncavi son una presencia oscura, una ausencia donde la luz de los edificios marcan el orden invitando  a perderse en el refugio de la civilización.
   En el  subte underground club bailo suave en el inicio de la fiesta a cargo del dj wave     ( Pablo Coñuecar) con un set funk, house y pop. Todavía nadie  sale a la pista, es temprano 23 horas, no importa, el ritmo esta ideal para entrar en forma, mientras el público juvenil, entre  estudiantes universitarios, de centro de formación técnica, profesionales en sus inicios de sus carreras o trabajadores del sector servicio ocupan  las mesas, deslizan sus diálogos entre cortados y sueños en el núcleo de lo conocido.




Después otro escenario. Pasada la medianoche el Balcón de Calle Egaña, el público ocupa  la improvisada pista, suena  con fuerza en ese instante  Richi Tunacola líder de la banda  Tunacola y que hace poco fue confirmado para el Llolapalooza del 2016. Con un set latino electrónico, donde los sonidos mestizos se hacían cómodos para moverse en un rincón, mirando siempre las visuales de Juanasacra, en su delicado estilo pop.







Cerca de las 3 de la mañana paso un rato por la misma calle Egaña hacia  el Nogal,  donde está el dj Joseph Alexander Guzmán con un buen set tech house elegante para disfrutar un  dialogo con los conocidos sobre el cotidiano pasar.


Es momento de retornar al Balcón,  ya suena el dj Joaquín Colmillo Pérez con un set exquisito bien  electro, el piso alfombrado facilita tomar impulso, aliviana la carga de los movimientos, todos en su mundos disfrutan la música. Se aprecia un público a esa hora un poco más adulto, con un vestuario más producido para la ocasión y que conoce algo de estilo de música.








Tomo un descanso. Camino, miro los espejos del local que reflejan el pasar de los clientes que han llegado al local, me encuentro con el soplo del paraíso perdido hecho una mirada de ensueño, nos acercamos con dulzura, las palabras no importan, todo queda en el símbolo, la sabia distancia de historias que tomaron su huella, el abandono  a una inquietud, certeza del ritmo, que sigue al caminar por las calles hacia el amanecer, perdiendo  la sombra y dejando el cuerpo, única revelación de certezas próximas.
17 de octubre del 2015.