jueves, febrero 01, 2007

La estrategia de los Jesuitas



Los jesuitas en la época colonial desarrollaron en el sur de Chile toda una política estratégica no solo de ser mediador en los conflictos de la sociedad Huilliche, para entrarlas en la lógica de la estructura del poder hispano, sino un contrapeso a las autoridades militar española local que deseaban buscar una salida puramente de fuerza a las disputa con los indígenas, que les traía suculentas ganancias con todo el mercado esclavista trasportado desde Calbuco hacia el norte chico y al Callao ( Perú) y que despobló a gran parte de la Provincia de Llanquihue de su población nativa entre 1578-1654.
Esta congregación religiosa nacida del impulso original de Ignacio de Loyola ( 1491-1556), oficial de ejercito que herido en el sitio de Pamplona contra los Franceses en 1521, en su reposo construyo una nueva fe y supo entender su época de guerras religiosas, y donde el tiempo del juicio final bíblico, se fue diluyendo en el dominio de la razón, yendo más haya de una predica vacía, sino a una donde se mezclaba una infatigable constancia del soldado ( sometido a la “voluntad divina” como lo describe en su obra “ Ejercicios espirituales”) que combate por su propósito, unidad de la iglesia y rechazo a las fuerzas disgregadoras del protestantismo y la sabiduría que es necesaria para conquistar almas.
Por eso los religiosos que llegaron a esta tierra, poseían un completo dominio en varias materias del saber, los que les permitió introducirse en la lengua de los aborígenes, hacer un análisis de sus costumbres y entender su entorno como si fuera un trabajo impecable de inteligencia. Así pudieron entre los huilliches introducirles sus valores, eliminar la poligamia y reducir las manifestaciones de sus mitos al circulo de la ideología cristiana.
Entre sus misiones exitosas esta el desalojo de la población Wayteca o Chona en 1710 de zonas del sur de Chiloé que eran relevante para la autoridad controlar por el peligros de las incursiones de las potencias enemigas que podrían congeniar con esos indígenas y ser un peligro para las posesiones hispanas australes, reduciendo a estos canoeros a la isla Huar.
Saber es poder, la Compañía de Jesús, desde el primer momento en estas tierras lo entendió bien. Las diversas expediciones al territorio Poya y a la frontera con Argentina, buscaba no solo evangelizar, también hacer un catastro de las riquezas que se podían explotar y caminos para la conexión de las misiones y la formación de nuevas poblaciones que acrecentaran el dominio español.
El escenario de los parlamentos, fue uno de sus mayores logros políticos. Haciéndose de voceros de los huilliches y negociador con la autoridad hispana, presionándolas con sus redes de contacto en la realeza española y todo lo que implicaba el poder de confesión en el plano moral y de conocimiento de la persona, impusieron su política defensiva, donde entraban en territorios indígenas a predicar su mensaje de salvación, mientras la devastadoras expediciones esclavistas seguían hasta ser acabado por un levantamiento huilliche en el Río Bueno en 1654, que no acabo con el ingreso de esa poderosa y seductora idea que postraba a los lideres de la comunidades hacia una cruz, que era la entrada del mundo del conquistador a su territorio, que estarían supeditados a las instituciones del estado que buscara nuevas formas de control de esta población.
El dominio económico de varias tierras, el trabajo de los indios que le servían y el control de la esfera educativa no bastaron para que los jesuitas fueran expulsado de Chile en 1767. Su sometimiento a la orden real, se puede explicar a la obediencia y la disciplina a la autoridad papal, pero también a otros juegos del poder ocultos; la política estatales subordinadas a los intereses de una nación, el ascenso de la burguesía europea y el dominio creciente de los criollos o nacidos en territorio americano de los órganos de poder que le permitió dar el golpe perfecto.
De los jesuitas nos queda su impresionante legado cultural, que en cientos de obras manifiesta su espíritu emprendedor y la voluntad de abrirse paso a lo desconocido en una cruzada por superar los limites humanos.