martes, diciembre 02, 2008

Dean Reed: Rock en tono rojo

El anuncio del inicio en este mes del rodaje de la película sobre la vida del cantante estadounidense Dean Reed encarnado por el famoso actor Tom Hanks nos invita a recordar a un hombre que hizo su vida como un rebelde del rock, rompió con los códigos del sistema de vida de su país, lucho por la liberación de los pueblos del tercer mundo y trajo toda la revolución de esa música nacida en la Norteamérica profunda que llego al bloque soviético para que darse, como un pequeño anuncio del triunfo de la cultura de masas sobre el paternalismo ideológico de cualquier burócrata partidista.

De la tierra de los claveles a Hollywood

Dean Cyril Reed nació el 22 de septiembre de 1938 en el pueblo de Wheat Ridge que sus lugareños designaban como “ la capital mundial de los claveles” en el estado de Colorado a pocos kilómetros de las magnificas Montañas Rocosas.

La guitarra fue su amiga desde muy joven y cantaba con relativo éxito a las audiencias locales. Pero no pudo resistir la tentación de la meca del cine Hollywood. Partió hacia allá en un auto descapotable a los 20 años. En la ruta ayudo a un vagabundo, que incluso le regalo un pantalón y algo de dinero para alojamiento, este en gratitud le entrego un contacto, que era nada menos la de un ejecutivo de la casa de discos capitol que lo contrato para graban un disco.

En la escuela de las estrellas de la Warner Brothers en la que fue dirigido por

Paton Price aprendió actuación y a compartir sus ideas pacifistas radicales que en el idealista Dean Reed sembró esperanzas que lo llevo a rechazar el entorno de la fábrica de sueños.

Rumbo a Chile

A fines de 1961 supo que una de las canciones de su disco “ My summer Romance” era numero uno en Chile, tomo el primer boleto de avión y llego a Santiago. Allí se encontró con la sorpresa de que miles de jovencitas lo esperaban afuera de su hotel y que incluso ganaba al mismísimo Elvis Presley en las encuestas de una cadena de radios, probo así esa droga que reconocía era adicto el aplauso.

En nuestro país tuvo el primer roce con su gobierno recuerda este cantante:

“En 1962, coincidiendo con el mundial de fútbol, volví a Chile para participar en un gran show en una radio local. Yo conocía a algunos jugadores del equipo ruso y nos tomamos algunas fotografías que fueron publicadas en los periódicos. Invité a mis amigos al show y la embajada de EEUU en Chile intervino para hacerme saber que el gobierno no veía con buenos ojos lo que había hecho. Contesté que el arte y el deporte debían contribuir a la paz y que nuestra amistad les debía alegrar y no molestar”.

Los comentaristas de espectáculos pudieron apreciar su habilidad con la guitarra y su carisma, que seducía a las damas con su perfecta sonrisa alba, brillante ojos azules y dorada cabellera.



Puerto Montt

Dean Reed llego a Puerto Montt en 1962. Su nombre ya era conocido sus canciones escalaban los ranking de las radios locales y su imagen circulaba en los medios escrito de la época. En una gira con cantantes nacionales que incluían al padre de la nueva ola Peter Rock, se presento en el gimnasio del colegio San Javier, donde presento un shows caracterizado por baladas, rock y algo de country, con una buena calidad vocal.

El camarada Pastoukhov

En 1965 encontramos a Dean Reed en la conferencia de la paz mundial en Helsinki, Finlandia allí lo conoció Nikolai Pastoukhov, que era el presidente de la "Komsomol" u Organización Juvenil Soviética que vio en este izquierdista norteamericano podía ser muy atractivo a los jóvenes rusos que devoraban los cassette pirata de las estrellas del rock y así fue que su voz lleno estadios, su figura invadió los medios y consolido definitivamente el arribo de la música nacido en la USA capitalista en esas tierras.

Una vida de aventuras

Dean vivió en constante aventura. Fue arrestado por sus ideales en varios países, incluso en su país en 1978 que ocasiono un movimiento mundial para su liberación. En Chile estuvo en tiempos de la Unidad Popular dice al respecto:

“Estuve ahí por cuatro meses en el año '71. Fuimos por ejemplo con Salvador ( Allende) de ciudad en ciudad. Él hablaba y yo cantaba. Lo mismo hacía Víctor Jara. Muchas veces él a un lado suyo y yo del otro lado.

Al mismo tiempo filmé para el sindicato esta película ( un documental sobre estos hechos). Yo conozco Chile entero de norte a sur. En cada empresa, en cada fábrica, en cada colegio, creo que estuve una vez. Y yo amo este pueblo de sobremanera”.

En 1983 en plena dictadura vino a cantar con los mineros del Teniente el famoso

“ venceremos”, su fama de luchador internacionalista se acrecentó.

Todo ídolo tiene su leyenda

En 1986 Dean Reed estaba metido en la búsqueda de financiamiento para una película que trataría de su visión de la masacre de Wounded Knee en 1978, en Dakota del Sur, durante el enfrentamiento armado entre indios y efectivos del FBI. Pero todo quedo en nada el 17 de junio de ese año se encontró su cuerpo desfigurado tras cinco días en el agua en Alemania Oriental nunca se aclaro del todo las causas de porque un atleta y consumado nadador fallecía ahogado en un lago poco profundo.

Así su leyenda se hizo inmortal. Su rebeldía, la lucha por la paz y la justicia social queda. Por eso su nombre sigue en la memoria, la de un artista sincero que además del aplauso creyó en una utopía, algo que en estos tiempos de duda se extraña, pero no se desea.