martes, diciembre 04, 2007

Alcances de la catastrofe de la isla Teja


En 1978 fue inaugurado el edificio de la facultad de ciencias de la Universidad Austral de Chile. La construcción tiene 8 mil metros cuadrados y se ubica en la isla Teja. El edificio lleva por nombre Emilio Pugin Ríos quien fuera profesor de esta facultad y que muriera en playa Calfuco en la costa de la región de los Ríos en 1982 mientras realizaba labores científicas.

Los estudiantes de la universidad conocen a esta construcción como edificio de los pescados y es que en el salón de acceso al mismo alberga un gran acuario donde uno podía pasar el tiempo mirando los pececitos de colores encerrado en su mundo esperando una prueba o haciendo vida social

La Facultad de Ciencias está compuesta por doce institutos, de los cuales han sido afectados por el siniestro los de Física, Química, Bioquímica y Microbiología. En estos recintos había equipos de valor incalculable no solo por su aspecto económico , sino también emotivo: balanzas electrónicas, reactivos, termocicladores, cámaras de flujo laminar, cámaras de refrigeración, microscopios electrónicos y ópticos, laboratorios experimentales que servían para las carreras de Agronomía, Biología Marina, Bioquímica, Ingeniería en Alimentos, Ingeniería Forestal, Licenciatura en Ciencias, Química y Farmacia, entre otras.

Pero lo más valioso es que en las dependencias de esta facultad emanaban el 70% de las investigaciones científicas de toda la UACH, que ocupa el tercer lugar a nivel nacional. Más de cuarenta años de investigación de académicos, tesistas y alumnos se perdieron, lo que va demorar años en reconstruirse. No es una tarea fácil rearmar una investigación, ordenar los cálculos, los datos e interpretaciones de fenómenos, es necesario saber el sentido de los apuntes del momento, de las variables estudiadas y las hipótesis en juego para saber no solo la orientación especifica del interés del científico, sino también las respuestas que pueden entregar otros académicos de estos mismos resultados. Igualmente todas las muestras orgánicas es algo irreparable su perdida, ahí que volver de nuevo a tomarlas, buscar si se conserva algo una especie cualquiera es importante todo organismo es una adaptación única al ambiente.

Desde el aspecto más antropológico la mayor preocupación es la perdida de colecciones de los naturalistas Rudolph Amandus Philippi y Charles Darwin. Sabemos que ahí importantes piezas de incalculable valor especialmente los escritos de Philippi que esbozo una teoría de la evolución contemporánea a la del gran naturalista ingles.

Por suerte otras piezas no han sufrido este daño, ya que se conservan en una bodega del museo histórico de esta universidad como el caso de las piezas del sitio arqueológico de Monte Verde.

Después de esta catástrofe se tendrá que hacer un inventario total de lo perdido. Determinar lo que se puede recuperar y los datos que irremediablemente se perdieron. No solo en el plano investigativo que es lo más preocupante sino también en lo referente al plano administrativo como libros de clases, documentos con las materias de cada asignatura, que son importante para el desempeño de las carreras que se imparten allí.

Es de esperar que pronto vuelva en funcionamiento estas dependencias que cumplen un valioso aporte al país. Es de esperar que se afiancen no solo en esta institución sino en otras que tienen un rico patrimonio científico-cultural las medidas de seguridad, que prevengas estas clases de desgracias, y puedan seguir abriendo miradas a la investigación.