Todo termina en el Charles de Gaulle
Pasada las siete de la mañana despierto para el desayuno y
llego con mi madre a ordenar todas las cosas para desocupar la habitación a las
11: 30 horas.
Después a esperar el transporte de la compañía al
aeropuerto de Schipol.
Un caballero de Africa me pide que le tome una foto de
recuerdo, posteriormente leo una revista hasta que llega una limusina bien
lujosa a buscarnos proporcionada por el operador turístico contratado.
Es pasada las 17: 30
horas. Las medidas de seguridad son extremas, un funcionario con un tono no amable, en un inentendible ingles me hacía gestos para
separar las cosas en unas bandejas
especiales, todo lo de metales, celulares, laptop para el análisis del equipo
de rayos X. Después colocarse adentro de una cabina donde uno debe colocarse
siguiendo la forma de una figura para un análisis de un dispositivo electrónico,
terminado esto a dar con la puerta de entrada del avión air France para la
conexión con el aeropuerto Charles de Gaulle para el encuentro con el avión
hacia Chile.
Partimos pasada las 20 horas hacia Francia el viaje es breve
casi una hora de vuelo, al medio de la aeronave se encuentra un guardia armado vigilando
cada movimiento. Miro la ventanilla las interminables luces de las ciudades y
villorios que cruzamos.
Llegamos al aeropuerto Charles de Gaulle, allí la carrera para
el trasbordo al avión a Chile, seguíamos a los pasajeros con mi madre para
buscar el vuelo air france. No llegamos a encontrar el terminal B hasta que un
estudiante Español nos indico el lugar, allí hacer fila breve y bajar a tomar
el bus hacia el avión, son cerca de las 23 horas, subo por la escalinata viendo
al aeropuerto.
Se termina el viaje. Queda en la memoria paisajes, rostros y
diversas historias que siguen dando vuelta en mi cabeza al ya caminar por plaza
Italia en Santiago de Chile el 12 de
octubre en la previa de una marcha de los pueblos indígenas.
Es el rencuentro con mi mundo al que siempre me acompañara.