martes, agosto 26, 2008

Las epidemias de Cochamó de principios del siglo XX


Cochamó se vio afectado desde sus primeros años por epidemias. La viruela en julio 1911 había acabado con 15 niños en pocos días. Pero la que tuvo mayor amplitud fue la gripe declarada en agosto de 1919 que afecto a la casi totalidad de sus habitantes y que se extendió a Puelo. Familias enteras estaban afectadas sin que nadie los atendiera. La acción incapacitante de la enfermedad con sus hemorragias que incluso llevaba a la muerte, creaba un ambiente de temor que movió a la población a pedir cerrar las escuelas para evitar la propagación de la enfermedad. A los problemas de no tener un recinto apropiado de atención se agregaba las intoxicaciones con medicamentos entregados por curanderos.

Para mitigar en parte esta situación dos hombres cumplieron una labor destacada. Uno era Emile Auguste de Solminihac D`Amphernet francés que llego a Chile en 1888 y que en 1900 abandono a su mujer por la cocinera de la casa la joven Dorotea para huir a Cochamó. En este lugar llego a ser subdelegado, vinculándose muy fuerte en el trabajo de la iglesia católica local, llegando a ser vicepresidente de la filial de la Unión Católica Chilena. Practicaba la medicina en forma autodidacta, atendida a los más desvalidos y proporcionaba medicinas que pagaba a través de su propio peculio. El otro era el cura párroco Juan J. Molina que además de financiar medicamentos y atender a la gente de este poblado, hizo una serie de viajes para atender a los enfermos de Puelo y sus alrededores que ayudo a esta gente en esos momentos críticos. Así los pobladores encontraron algún alivio en su salud.