miércoles, octubre 11, 2017

7 países abiertos en un soplo del caminante en búsqueda parte VI

17 de septiembre 2017
El Danubio no azul

El día esta nublado, pero eso no impide de disfrutar de los encantos de Budapest la capital de Hungria desde temprano. Camino por el castillo de Buda, después veo el palacio Sándor que desde el 2003 es residencia del presidente de esta república donde la guardia de honor Hungara hace cambio de guardia cada hora.


Desde la plaza Plaza Szent Gyorgy tomo unas fotos hacia el rio Danubio mientras más y más turistas comienzan a llegar y un par de gitanas venden unos chales.
Avanzo por el palacio real de Budapest encontrándome con la  estatua de Eugenio de Saboya, que en la batalla de Zenta ocurrida el 11 de septiembre de 1697 bajo el mando de  un ejército del Sacro Imperio Romano Germánico derroto a las tropas al mando del Sultán Mustafa II.
El cielo ya amenaza con lluvia pero continúo el andar hasta la iglesia de Matias  que tiene una mezcla gotica, oriental y muy imaginativa.
A un costado del bastión de los pescadores siguió tomando fotos, donde se encuentra una estatua a San Estebán  que fue el primer rey de Hungria entre el (1000-1038).
Poco tiempo tengo para recorrer el entorno, reconocer las placas con varios personajes e historia de siglo.





La lluvia se desata con fuerza cuando paso por el parlamento húngaro. Tomo un alto con el resto de la familia para comer alto y recorrer la tienda del lugar donde se ofrece entrada para conocer el lugar, libro con la historia de esta institución, del país y de  La Revolución húngara de 1956  un movimiento nacionalista en contra de las políticas impuestas desde la Unión Soviética.


Paso por el museo de etnografía de Budapest un rato para preguntar por la ubicación del museo Nacional de Hungria. La lluvia ha calmado y se respira tranquilidad en esa tarde de domingo me encuentro con un monumento a los soldados soviéticos que lucharon contra el nazismo y liberaron la ciudad después de duros combates  el 13 de febrero de 1 1945 y un poco más alla a las victimas judías del holocausto en la segunda guerra Mundial, entro por el barrio judío donde está la sinagoga el cual por tiempo no alcanzo entrar.
Llego finalmente al museo nacional de Hungria el cual tiene una rica muestra de la historia única y particular de este país desde la prehistoria hasta la época, llamándome especialmente la época del reino, las luchas con los turcos y los años del comunismo el cual están con una información muy detallada.

La noche fuimos  una cena folklórica húngara en los límites de Budapest en un restaurant en medio de un bosque.  Por cerca de cincuenta minutos se presentó un conjunto que mostro danzas y música gitana  que me recordó en algo la música de las películas de Emir Kusturica. La comida muy abundante destaco especialmente el Gulash en caldero.
 A las 23 horas termino el evento y partimos hacia el rio Danubio para navegar en la noche viendo la ciudad y sus puentes bellísimos  escuchando El Danubio azul el  vals compuesto por Johann Strauss (hijo) en 1866. Sin embargo, el Danubio tenía un color oscuro, más barroso, algo difuso, como aquellas cosas que la memoria olvida al pasar el tiempo quedando solo un boceto de momento que ya son parte del pasado.