La industria del salmón tiene sus origen en 1968. El estado de Chile, a través del Servicio Agrícola y Ganadero en acuerdo con el Cuerpo de Paz de Estados Unidos, inician el trasplante de salmones, que terminan con la larga etapa experimental, empezada en 1841, con la propuesta del naturalista francés Claudio Gay de instalar un estanque para especies chilenas de aguas dulce.
A partir de esta experiencia nacerá la salmonicultura comercial. En 1969 se logra la primera crianza y venta de salmón. En La Poza, Lago Llanquihue, se instalan ocho jaulas montadas con restos de redes anchoveteras, donde se crían 2.700 truchas arcoiris. En el bienio 1970-1971 se asciende a 17.000 ejemplares, en igual número de jaulas. De la producción total de 3 toneladas, el director del SAG de la época, Jorge Chocair, dispone la comercialización de una tonelada a través del terminal pesquero de Santiago, para ver la recepción de lo consumidores. Esta primera venta oficial de peces cultivados de tamaño comercial, que se registra en el país, termina con el cambio de régimen de septiembre de 1973.
Posteriormente surge la iniciativa de Alfredo Valenzuela y Alonso Muena, dos profesionales del sector, que participaron en los intentos del estado por introducir especies salmónidas. Ellos formaran la primera empresa privada dedicada a la producción de trucha para el consumo interno y la exportación, la Sociedad de Pesquerías Piscicultura Lago Llanquihue. La idea partió de un proyecto que se presentó al Comité Programador de Inversiones de la Zona de los Lagos, donde realizarían ellos esta actividad industrial como miembros de las entidades estatales en que trabajaban. El proyecto se aprobó para su ejecución en 1973. El cambio de gobierno llevo al estado a marginarse de esta iniciativa, abriendo el camino a los inversionistas privado. En 1974, aún permaneciendo en la administración pública, estos emprendedores buscaron los medios que hiciera realidad su empresa, así finalmente llegaron a Puerto Montt, donde el Intendente de Llanquihue, general Juan Soler Manfredini, apoyo su esfuerzo y aprobó el proyecto, con un financiamiento proveniente de los fondos regionales administrados por la Corporación de Fomento de la Producción, naciendo la primera empresa privada del sector.
En esos años aparecería una institución vital para el desarrollo de la salmonicultura austral, la Fundación Chile, con aportes por partes iguales de privados y estatales. Su origen se remonta a la nacionalización de la Compañía de Teléfonos de Chile en abril de 1972. Su ex propietaria, la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT) ", pacta con las autoridades nacionales un contrato de transacción (DL. 801, del 20/12/74). No persiguiendo fines de lucros, centrando sus investigaciones al progreso tecnológico, especialmente en los campos de la nutrición y la electrónica. En diciembre de 1976 la junta de gobierno le concede la personalidad jurídica y aprueba sus estatutos. La filial de esta fundación, la empresa Salmones Antártica S.A ", creada en 1981, sería la primera que superaría una producción anual de mil toneladas, la que avanzaría en el cultivo a mar abierto, tener la piscicultura más al sur del mundo y abrir las puertas para la penetración del capital extranjero en este rubro, con su venta en agosto de 1988, a la Nipón Suidan Kaisha de Japón.
Finalmente todo cambiaria, nuestros paisaje, el lenguaje y las relaciones de producción, estarán invadidas por la imagen, la presencia constante del salmón, que alterará definitivamente la forma de vida de la gente que habita en este sur.
(Fuente: Miranda, Nicolás, "La industria del salmón", 2005).