Puerto Montt. 23: 25
horas. Viernes de 5 de junio del 2015. En el bar subte underground club estoy
conversando con un conocido de las profundidades de la identidad local. Todo
parte del sitio arqueológico de Monte verde, el dialogo fluye, miles de años
atrás, ese tiempo remoto que ahora recreamos en el lenguaje, desarmamos con
cada palabra, si una definición que crea un escenario imaginado, de una banda
que está en su nicho ecológico respirando hace 12.500 años un aire más puro que
el actual, seres que no se habrían imaginado a este grupo de personas en su
mayoría jóvenes que están disfrutando un pulso, segmentado techno, una
figuración magnética, que va acumulando más y más poder al ir llegando la
madrugada.
Salgo a darme una
vuelta por el centro escucho en el boulebar de calle Benavente el clásico de
Joy Division “love will tear us apart” en una versión más cruda de sonido en
vivo, es como un trance para recordar un tiempo que paso con tanto
lugares que han desaparecido en la ciudad y su gente Luna roja, comida y Sabor
y crypta nekroart. Todo paso en noches perdidas, ya nada de eso existe salvo en
la memoria caprichosa que arma su mejor historia. Continuidad, la huella se abre
a otro camino.
En el Live en su pista
de club ONE suena la Dj invitada de este fin de semana Isabella Serafini con un set de hit de música
electrónica de estilo más comercial , me muevo ligero, mientras entra y entran
más gente a bailar. Muchos se toman autofotos de recuerdo, otros están pegados
a su celular, mientras me encuentro con una dulce belleza de mirada inspiradora
que lo saludo para partir al entrar los sonidos más latinos.
Vuelvo al subte con dj
Johann Rehbein y Mariano laffabrick. Ideal es la entrada con un set justo de
ritmo para moverse en un espacio, siguiendo el ligero reventar de esas burbujas
sonoras, entre los jóvenes apoderados en su círculos, en que lo cotidiano se
aligera de sus sombra, con cada melodía que persiste como esa continuidad de lo
inevitable que siempre estará en el corazón.
6 de junio del 2015