Esa
mirada debería ser todo el paraíso, el verbo carne del delirio, la parábola del
mensaje de un placer que jamás se acaba. La veo y entiendo ese tiempo que se
va, la caricia transformada en un pulso de verdad que cruza mis miembros en la
pista del Subte UndergroundClub en la
madrugada del ya 24 de mayo en el centro de Puerto Montt mientras toca el dj
Johann Rehbein un poderoso sonido techno.
Creo en la música como ese espíritu manifestación
de multitud que ahora está en la pista de baile, no encuentro nombres, solo tonos, siluetas,
formas, es como un viaje que con tres pestañeos me vuelve al ritmo, a esa
creencia de que habrá algo más que esa piel que cada segundo es un recuerdo.
Laskano
toca y le da más tonalidad a los sonidos house, con algo más funk, mientras mis
labios están sellados de distancias y los oídos solo escuchan fragmentos,
palabras que se olvidaran en cada pestañeo.
Sin embargo allí estas con tu dulce sonrisa,
el significado de esa grieta que está en mi corazón, hecho sombra. Estoy en el
mismo punto, sin salida, con la sabia distancia de la norma, de lo que debe ser.
La luz
se abre paso. La música termina. Abro la puerta de mi hogar al amanecer,
aniquilando el sueño para habitar en la profunda simpleza de la realidad de lo
que simplemente es.
25 de
mayo del 2015.