martes, octubre 21, 2014

Impresiones del que pasa veloz sobre cinco países de Europa I parte

La Llegada 

 El Aeropuerto de Madrid Barajas Adolfo Suárez a esas horas de la madrugada del 29 de septiembre del 2014 respira una inquieta calma, alterada  por el arribo de los pasajeros del avión Iberia procedente directo de Santiago de Chile.



   

 Al bajar comienza la burocracia respectiva de la policía, control de pasaporte, consulta del motivo del viaje y saber del  boleto de ida. Después de un laberintico recorrido por las dependencias a buscar las maletas.
 Pronto aparece el chofer que la agencia de turismo dispuso para llevarnos al hotel. La luz del día comienza a penetrar en la ruta. Con mi madre conversamos con el chofer de nacionalidad Venezolana que había llegado a estas tierras por mejores perspectivas económicas, la primera impresión que lleve del lugar fue  la sequedad del suelo, después se hizo más visible la ciudad de Madrid con sus construcciones entre la punta de la modernidad y la persistencia del ayer.
A las 8 de la mañana llegamos al hotel convención en calle O'Donnell 53 en el centro madrileño. Después de llegar a la cómoda habitación, cambiarse de ropa y comer algo nos dispusimos aprovechar lo mejor el tiempo e ir directo al Museo del Prado.








En el lugar mi mirada cae cautiva  por la obras de Hieronymus Bosch especialmente su jardín de las delicias realizado por el pintor holandés  entre 1503-1504. Impresiona la fuerza de construir un mundo en un tríptico pintado al óleo sobre tabla, donde la simbología se abre en cada pestañeo con mayor fuerza al espectador. Horas paso apreciando las obras maestras de Tintoretto, Goya, Velásquez, El greco, Pieter Brueghel el Viejo, entre tantos otros que uno como un caminante seducido por el color  encuentra al entrar en cada galería.


 

La noche se cierra con un tour panorámica por Madrid conociendo sus principales atractivos y su historia.