El encuentro con el templo de Debod
Al día siguiente me levante muy temprano para ir a conocer
el Templo de Debod. Situado en la montaña del Principe Pio me maraville por
esta edificación del antiguo Egipto que fue un regalo del gobierno egipcio en
1968 a España por el apoyo dado en el salvamento de los templos de Abu Simbel
afectados por la construcción de la represa de Asuán.
Originalmente creada en la Baja Nubia 200 años antes de
nuestra Era fue construido por el rey
kushita Adijalamani de Meroe y dedicado
al dios Amón de Debod, “padre de todos los vientos”, y a Isis de Filé, “diosa
de la maternidad”, siendo inaugurado en su actual emplazamiento el 20 de julio
de 1972 después de un arduo y complicado proceso de reconstrucción, no quedando
exenta de polémica en su proceso de conservación del estado original de la
misma.
El templo en si
mantiene aún con todo mantiene ese espíritu de solemnidad original, el sol a
esa hora inundaba el entorno, la piedra milenaria aún dice algo al visitante,
en este destello evocador alterado por el tiempo de lo que fue una gran
civilización.
Uno entiende que es parte de algo un más allá, unido a la geografía.
La mirada se abre a la inmensidad, siendo el aliento finito
un mensaje que deja huella en esa edificación viajera desde lejanas tierras.