Temprano como las 23 horas del 24 de octubre del
2015 llegue a casa colomba en calle
Illapel 70 en Puerto Montt. En el segundo piso los dj y técnicos de la
ocasión ajustaban los equipos para un nuevo evento Black Room.
Es
interesante toda esta previa cuando se ajusta todo los parámetros sonoros,
las entradas de los bajos y como cada cable se coloca para dar el tono justo para que el set pueda ser asimilado con todos sus matices.
Pasada la
medianoche el dj Mariano Laffabrick desplego una fina selección de house
progresivo al cual se sumo Christian Alvarez , con una ejecución justa,
precisa, sobre todo elegante y con madurado segmentos de secuencias
sintetizadas que daban un placer en el movimiento en este piso, donde la luz no
era invasiva dejando una sombra en que las siluetas se desplegaban en su
espacio con palabritas con los conocidos y dejando que la música ocupara su
lugar como se lo merecía.
Después un
alto. Caminar por el centro para subir por calle Egaña hacia el Nogal donde se
estaba haciendo un evento por el tercer aniversario del sello chileno Power Beat Records
donde estaban diversos dj nacionales más el dj local Christian Parancan en un estilo mucho más progresivo y electro
con visuales que rescataban piezas clásicas de la pintura de el pintor Salvador
Dali, mientras cerca del escenario había ya gente bailando y los más
conversando de cosas de la cotidianidad, de libros místicos, como también del
escenario de la música electrónica en la zona.
Después de
una pasada por el subte de calle Rancagua donde había un evento funk Music con
los dj Pablo Coñuecar y Beat Oko donde
estaba algo movido con el publico seguidor del black Music pase a darme una vuelta por la pista del club
One de calle Quillota esquina Benavente donde tocaba Atmoz con una selección de música variada comercial para un público masivo , allí hable por unos minutos con
las pupilas del deseo de otro mundo que buscaba un dulce consejo sobre un autor de
libros de autoayuda tan buscado en la sociedad laberinto de sus incertidumbre en consumo insaciable.
La ultima
pasada por colomba pasa el termino del baile, intenso como siempre para darle sentido a
las huellas borrosas que van quedando en el pasado y simplemente dejarse ir al
profundo sueño pasajero de otra mañana más con sus nuevas claves.