Pasada las 22 horas a pocos pasos de mi casa se encuentra en medio
de la calle una imagen surrealista, un colchón
tirado en plena calle. El manto frio que circunda a esas horas el sector alto
de la ciudad muy próximo al hospital regional es un escenario para marcar más
el sentido fuera de lugar de la imagen.
En el fondo ¿ donde
pertenecemos?.
27 de junio del 2015.
Llego al subte, en calle Rancagua 117 en el centro de Puerto Montt. Tengo en
mis manos colocada la pulsera de la fiesta “BreakDown : Rise of the animals”.
Todo está andando, Pablo Coñuecar pone un set equilibrado de Techno más
progresivo, la pista se siente bien y las luces se acomodan lo suficiente con
la música.
Pasada las 22 horas a pocos pasos de mi casa se encuentra en
medio de la calle una imagen
surrealista, un colchón tirado en plena calle. El manto frio que circunda a
esas horas el sector alto de la ciudad muy próximo al hospital regional es un
escenario para marcar más el sentido fuera de lugar de la imagen.
En el fondo ¿ donde pertenecemos?.
27 de junio del 2015. Llego al subte, en
calle Rancagua 117 en el centro de Puerto Montt. Tengo en mis manos colocada la
pulsera de la fiesta “BreakDown : Rise of the animals”.
Todo está andando, Pablo Coñuecar pone un set equilibrado de Techno más
progresivo, la pista se siente bien y las luces se acomodan lo suficiente con
la música.
Una pausa. Converso con los conocidos un
poco de todo. Miro algo del documental “ Sound City” del 2013 en la TV del
bar. Llega más gente a medianoche. Se empieza a bailar.
Todo es muy simple, como andar en una orilla
de la playa y esperar las olas sonoras, más potencia, más mucho más. El ritmo
se desata.
Me muevo entre el Dubstep, house, trap,
hard dance y hard trance pasan los dj John skillz de Valdivia, David Dispara de
Santiago y los locales Dazzer y Under X.
Una chica me comenta de su futuro viaje por Sudamerica,
otra de teorías conspirativas y proféticas. Más la música sigue y sigue.
Otro en una esquina busca la manera de
acercarse a las dos jóvenes que están cerca del escenario y con ironía le digo
“ es electrónica, simplemente electrónica”.
Continuo moviéndome con
la confianza que da la música, es una certeza, va más allá de esas calles que respiran a esas horas un
inquietante silencio, mientras las redes sociales continúan con los juegos de
los poderosos.
Termina la noche, el
recuerdo se hace horizonte en la luz y a dormir.
29 de junio del 2015