Paso fugaz, escuchando el sonido del viento que cruza hacia la plaza con menos gente que lo habitual en fin de semana.
Avanzo, me cruzo con conocidos, dos palabras y sigo hasta calle Rancagua frente al correo llegando al “Subte, undergrond club” nuevo local que abre sus puertas esta jornada en el sitio de lo que fuera el “ crypta nekroart” cerrado a fines del año pasado.
Al bajar la escalera me encuentro en el lugar con gran cantidad de gente en el lugar. Existe expectación como toda novedad, la curiosidad es lo primero que atrae; nuevas luces, barra, baño con decorado distinto y escenario con un adecuado enrejado donde el dj puede desenvolverse tranquilo con su arte.
Neon Pulse está tocando dándole más fuerza y vivacidad a su set de tchno, la masa ya es grande, ocupa toda la pista, no se encuentran mesas, ni sillas que obstaculicen el movimiento, ideal para tomar impulso.
Madrugada, el calor, el calor se hace intenso, respiro, uno, dos. Más ritmo, cada vez se acortan la distancias. Los movimientos se acortan, el ventilador es un murmullo como las voces, las caricias a las distancias y las miradas complices con los conocidos y el cruce con las bellezas embueltas en su tentación de paraíso, siguendo sus ardientes impitu en el verbo de la pasiones.
El dj Johann Rehbein entra con sus clásicos más temas indie y electro dance para ir entregándolo todo en el baile, mientras algunas botellas de cervezas revientan en el suelo y algun porfiado insiste en fumar a escondidas alrededor del baño.
Pasa las horas, la multitud se va, la avenida se abre, pestañeo en esta realidad sueño laberinto a la nueva luz.
9 de abril del 2015
