La tarde del 1 de febrero en Puerto Montt estuvo
marcada por los incendios forestales en distintos puntos del sector alto de la
ciudad. Desde mi casa se mirada la columna de humo disipándose en el cielo.
Por las redes sociales se apreciaba el
escenario donde estaba ya corriendo el sonido para la primera sur tech en el
balneario Pelluco.
A las
18 horas partí rumbo a este evento musical. El micro bus circulo por la costanera dejando expuesto el
maravilloso paisaje del seno de Reloncavi y las islas que eran un buen preámbulo
para el evento al que iba.
Cuando
llegue al balneario la playa estaba con intensa actividad de veraneantes. El
sol iluminaba la arena y allí estaba los dj lanzando los set para deleitar al oído,
sacudiendo el cuerpo que entraba en contacto con el ritmo.
En ese
momento estaba tocando el DJ y productor
musical Rodrigo Laffertt que entregaba unos tracks de house notables, con una
buena técnica, donde la potencia se ponía al servicio de la ejecución del ritmo
puro, junto con el estaba el destacado
dj Fabian Argomedo que entregaba su estilo con toques funky disco en su propuesta musical.
Más de
600 personas estaban a esa hora de la tarde en la playa. Uno se movia sacudiendo la arena que dibujaba
pequeños círculos. Los grupos de jóvenes se agolpaban cerca del escenario para
no perder nada del espectáculo. Otros se dispersaban para sentarse o tenderse
tomando una buena cerveza helada disfrutando la música.
Era
ideal caminar disfrutando el lindo día, conversar con los conocidos y disfrutar
el sonido eléctrico que inundaba el ambiente con sus matices de sube y baja de
intensidad, mientras las sonrisa y las historias comunes, dejaban recuerdos en
esa playa.
Después
entraron los dj locales Mariano Laffabrick y Christian Alvarez, el verdadero
impulsor de esta iniciativa para darle con todo, mientras la luz se disipaba
suavemente para dejar paso a las primeras sombras de la noche, mientras tomaba
más impulso en el último tramo de la fiesta.
Pasada
las 21 : 30 horas parti de Pelluco, era de noche, el sonido aún resonaba en mi
cabeza. El centro de Puerto Montt aún andaba gente, mientras el cielo era
cubierto de nubes, como una despedida de una bella jornada que se va.
1 de
febrero del 2015