Ida y vuelta desde Port de la Villette
Domingo 5 de octubre muy temprano salimos con mi madre rumbo
a la estación de metro en Porte de la Villette. Nada de francés entendía, por
suerte un recepcionista del lugar sabía algo de español y nos indico por donde
ir en la galería. No sabía exactamente que metro tomar hacia el centro de la
ciudad, un argelino hacía señas que no entendía y las otras personas no nos entendía,
una gentil chica española de bella mirada apareció y nos aclaro la mecánica de
las direcciones de las estaciones.
Así entramos en el metro rumbo hacia lo más cerca de Notre
Dame donde pretendíamos ir. Un ruido fuerte hacia el vagón en las curvas, que
asustaba un poco a mi madre, la población emigrante llegaba a ocupar los carros
rumbo a sus lugares de trabajo o a comprar.
Pasados unos minutos llegamos a la estación que nos habia
dicho la joven estudiante española que andaba con otro de sus compañeros.
Subimos hasta encontrarnos con la calle y el rio Sena.
Cruzamos un puente y nos encontramos con la consejería histórico
edificio que fue palacio de los reyes merovingios hasta que fines del sglo XIV
los reyes capetos se trasladaron al palacio del Louvre y Vincennes. Desde 1392
fue prisión, allí estuvo en 1793 presa
la reina Maria Antonieta hasta que en 1914 dejo de ser utilizado como cárcel para
trasformar sus salas principales en museo.
El cielo esta nublado, poca gente se ve en la calle, son
pasadas las 10 de la mañana tomo rapidas fotos para no perder mucho tiempo en
el lugar.
Avanzamos hasta llegar a la catedral de Notre Dame, a esa hora se encuentra gran cantidad de
turistas reunidos que hacen largas filas para entrar en el interior de esta histórica
construcción.
De marcado estilo gotico , su fachada proyecta
monumentalidad, un espíritu de trascendencia, con una imaginería religiosa, que
es una pedagogía para los fieles atados a su fe, donde la salvación está más allá
lejano, con seres habitantes en una mitología, donde el hombre es una
representación de un deseo, en que el placer es un camino y la renuncia del espíritu
una liberación, todo esto enmarcado en un espíritu medieval de jerarquía en que
la masa es un servidor a la poderosa institución eclesial de aquellos años cuando
partió su construcción en 1163, sufriendo ampliaciones y modificaciones por los
vaivenes de la historia.
Fuerte resguardo policial se ve en el entorno con
uniformados fuertemente armados estilo comando como de las películas de Jean-Claude
Van Damme.
Después de comprar algunos recuerdos seguimos la caminata al
museo de Orsay pero como estaba lleno de público entramos al interesante museo
nacional de la legión de honor y Ordenes de caballería, el espacio da cuenta a
los franceses destacados por sus meritos en el campo civil y militar.
Uno le queda la sensación al ver los operativos de la fuerza
policiales, a la actitud de los parisinos que no les importan mucho los
turistas que aún se sienten parte del centro del mundo, como algo imperial,
donde nace la cultura y el progreso.
Al ir continuar el recorrido llego a La plaza de la
Concordia ubicada al comienzo de la
Avenida de los Campos Elíseos, una de las cosas llamativas es el obelisco de
Luxor es un obelisco proveniente del templo de Luxor en Egipto que fue “regalado”
por el albanes Mehmet Ali a Francia en 1830 y que actualmente es reclamado
desde el 2010 por el egiptólogo Zahi Hawass en su lucha por la recuperación del
patrimonio cultural sacado de estas tierras por las fuerzas coloniales
En el suelo la plaza se encuentra una placa que da cuenta el
preciso lugar donde se instalo la guillotina en tiempos de la revolución
Francesa y que se llamo plaza de la revolución entre 1792-1795.
Miro a la distancia el arco del triunfo, tomo la respectiva
foto para dejar un recuerdo grafico del instante.
Un poco más allá esta una serie de placas de caídos en la
liberación de Paris el 25 de agosto de 1944 contra las fuerzas nazi, en toda
esta ciudad están esta placa que dan cuenta de esta historia como también se
conserva en la muralla las marca de las balas de los tiroteos de aquella
jornada.
Otra vez por el museo del Louvre rumbo al metro para volver
al hotel, se cierra el recorrido ya entrado la tarde.
Al llegar a los alrededores del hotel buscamos un negocio
para comprar algo para comer, todo cerrado como dia domingo salvo un negocio judío,
había de todo, hasta ricas cosas dulce para golosear de vuelta nos encontramos
con otra placa de víctimas de la primera guerra mundial y de muertos en la
primera guerra mundial port de la vilette, los emigrantes africanos pasan rumbo
a su mezquita, la gente transita siguiendo su vida mientras los niños van al
cercano museo de la ciencia, termina el día respirando el paso que queda en la
memoria.