Escuchaba el tema de la banda chilena Mecanico llamado “ Barcelona” con un fuerte peso de nostalgia que se alimentaba con algo de The Smiths, pero con los toques explosivos del electro, tocaba mis manos como un pulso desatado en la pista de baile en una nueva fiesta Rocknrolla realiza en Barra Bass rocknroll bar en el centro de Puerto Montt.
Nos mirábamos a la distancia con una dulce morena de exquisita forma que desataba suspiros desgarradores en mi memoria. Sus labios delicias de placer se cruzaron por un instante invitándome al paraíso, donde dejas ser una sombra para convertirte en una rabiosa luz que coquetea con el instinto hecho carne, que penetra entre recuerdos, palabras que sacian inquietud y búsqueda que tiene un horizonte en su cristalinos ojos que es todo profundidad, sacando deseos cruzados entre abrazos.
Ella me dijo que partiría lejos. Un no retorno como aquellos amigos náufragos que caminaban en la barra, antiguos clientes de locales que cerraron o cambiaron de giro como el comida y sabor, Luna roja, barbaros entre otros. Mundos y ritos que terminaron para dejarlos con sus pequeñas historias para los iniciados.
Sabíamos que era el término de una historia. Frente a frente ya cercanos las 4 de la madrugada, nos dijimos las últimas palabras de amistad. Quedando la silueta fantasmal de nuestros rostros en un tiempo inmortal con el suave impulso de una canción.