13 de octubre 2020
Lo peor de todo lo que se vive con la pandemia es el tema de la desconfianza. Ahora uno mira por todos lados por la ciudad viendo con cuidado para que nadie se atreva acercarse y posiblemente contagiarte.
Veníamos mal con eso por la descomposición absoluta de los impulsos colectivos de la sociedad que nos llevaron a un individualismo angustiante.
Ni con el estallido social de octubre del 2019 que fue un desahogo de las masas que aún no son capaces de romper con el modelo capitalista criminal.