23 de septiembre del 2017
La tierra del cielo del consumo de fe
Muy temprano llegamos a la puerta de entrada de los museos Vaticanos, mucha gente entre devotos católicos, admiradores del arte, la historia o simples curiosos esperan con calma, bajo estrictas medidas de seguridad.
Como una media hora la fila avanzo, fue rápido el trámite, la verdad acá saben de negocio, mucha tiendas se aprecian en el interior. En el patio de la piña ( llamado así por una piña de bronce) anduve dando vuelta por una la esfera de A. Pomodoro colocada aquí en 1990 para respirar aire y dejar a la guía que explicada una interminable descripción de la simbología de la Capilla Sixtina.
Pasamos después adentro de los museos vaticanos por la multitud uno podía apreciar poco las obras escultóricas etruscas, romanas y una bellísima galería de mapas pintados referente a Italia con base a dibujos del fraile y geógrafo Ignazio Danti. Entre 1580-1583.
Después entramos a la Capilla Sixtina la cual no permiten tomar fotos, allí tomamos un alto de por lo menos unos 15 minutos para después abrirse paso en la multitud.
Cruzamos después hacia la Basilica de San Pedro, lo primero que aprecie fue la Piedad de Miguel Angel , la cual esta protegido por un vidrio especial.
El lugar, dejando de lado las apreciaciones artísticas refleja el poder y ostentación de la iglesia católica, la cual marca su poder terrenal en la mente de sus fieles.
Al salir están los negocios para los creyentes, librerías con todo lo referente a la teología, tiendas con crucifijos y diversos objetos religiosos.
Ya es mediodía. Pronto abra que tomar otro rumbo en el peregrinaje del descubrimiento.