Jueves 29 de
septiembre del 2016
Es un bello día para caminar por la bahía de Auckland ,
apreciar la actividad de los diversos yates anclados en el sector hacia Auckland Fish Market para degustar un fish and chips y prepararse a tomar cerca
de las 14 horas el servicio de ferry
hacia Devonport .
El viaje dura cerca
de 15 minutos, uno puede tener una clara visión del entorno natural . Al llegar
a Devonport que es una villa residencial
situado frente Auckland al otro lado de la bahía, comienzo una agradable
caminata viendo las casas victorianas, mientras los padres y abuelos sacan a
jugar a los niños hacia la playa o los parques. Se respira tranquilidad,
mientras el sol ilumina suavemente dibujando en las piedras de la playa matices
de colores que se van desprendiendo al contacto con el agua.
Al termino de la ruta
por esa costanera llego al Torpedo Bay
Navy Museum: que fue una estación militar del siglo XIX que es utilizada en la actualidad como centro
divulgativo sobre la Marina y su importancia en la historia de Nueva Zelanda, en la exhibición
se encuentra interesante datos sobre su participación en las dos guerras
mundiales, la guerra fría y en otros conflictos.
Después vuelvo
adentrarme por Devonport para subir el
Mount Victoria que en idioma maorí se
conoce como Takarunga , avanzo a paso firme por la empinada cima encontrándome con
una casa de escritores donde se hacen recitales y conferencias.
Tomándome un atajo subo por una escalera y llego al fin a la
cima, se tiene una vista total de Auckland que es la mejor obtenida de todo el
recorrido. Este lugar es la cima de un
antiguo volcán que recuerda la actividad geológica de la zona. Uno también
puede apreciar no tan distante la isla Rangitoto que es el más joven y más grande de los conos
volcánicos en Auckland surgido desde el fondo del mar tan solo unos 600 años.
También en la cima del Victoria se pueden encontrar instalaciones militares
como muestra de que Devonport fue sede de la marina neozelandesa por muchos
años.
Miro el paisaje al caer la tarde envuelto con la nostalgia
del visitante que pasa para apreciar la marca primera de un lugar, maravillado
por el peso del pasado del sitio y el atisbo de futuro que se ve en Auckland
con sus edificios futuristas, sin olvidar la fuerza de los procesos internos de
la tierra que a futuro volverán a redibujar
este territorio siguiendo su propio camino en el impacto de la materia con la energía
interna del planeta.