Las 4:
35 horas camino por la costanera de Puerto Montt esperando colectivo. Respiro,
pienso en el ayer próximo por un instante. El bar 258, la fiesta “ velvet Back
to radio”. Todo se inicio a las 23 horas con la presencia del set de Neon
Pulse, las visuales se dispersaban por ambas esquinas del patio del local, ya había
un gran número de público en el lugar, disfrutando un house ascendente que a la
medianoche golpeaba para abrir paso a Micka dsc que entraba con sonidos más
industriales y electro.
Algunas
gotas golpeaban el techo, un suave viento cruzaba mi piel, el ritmo coqueteaba,
mientras las palabras con los conocidos eran fragmentos desarticulados de información,
que por el poderoso sonido quedaban, como silabas disonantes, entre sonrisas,
miradas y roces con los grupos y gente que se atravesaba en la improvisada
pista cerca del escenario.
Es día
internacional de la mujer, entrego algunos saludos a las más conocidas,
recuerdo con otra los días en el comida y sabor
a fines del 2009 cuando bailaba en un rincón viendo los video clip
envuelto en un persistente sonido que aún no me abandona.
El
techno más underground entra con tr2100 en un intenso viaje para bailar con
movimientos marcados, la danza del existencialismo puro se apodera de mi
conciencia, estaba siguiendo impulsos, la pureza de eso solido que siempre
queda.
Kate
Baldovino cierra la fiesta con un disco, bailo por todas partes, más de 200
personas en el lugar se encuentra, jóvenes y algunos no tanto, disfrutando,
esos segundos que se memorizan, en ese ayer que queda en viaje por la ciudad
cubierta por las cenizas de la devastación de los incendios forestales en la
periferia, pero allí está el sueño, ese acto de fe para lo que queda del
amanecer.
8 de
marzo del 2015.