La lancha va cruzando las inquietas aguas, mientras la tenue luz, es deborada por las nubes del olvido, una hora de viaje es lo que demora en llegar el navegante a esta isla del archipiélago de Calbuco.
Una tonina salta proxima a la orilla, mientras esta tierra como su nombre en mapudungún es una " isla quebrada", parece que la tierra a jugado con ella, mientras el viento a esculpido su silueta.
Dicen que la ola del tsunami de 1960 paso a la distancia, pero parece que la distancia, a mantenido a sus más de cuatrocientos habitantes, con ese espiritu del pionero, que no le teme a la lejania, ni al recuerdo.
Hablamos con un antiguo lugareño que encontramos en el camino para que nos haga descubrir su isla
La señora Emiliana del Carmen Velasquez Rebolledo nos muestra otra mirada de esta historia.
Pero quizás las revelaciones vengan de la mirada de los niños, aqui dibujos de los escolares del colegio del sector con imagenes de un mundo sin el frio del metal.
Tal vez el viaje del iniciado empiece en la isla de individualidad, pero al estar envuelto entre la lluvia y el viento norte, uno sabe que más alla esta la naturaleza, libre, siguendo su propio camino al futuro.
Wladimir Soto Cárcamo, antropólogo.