La historia ha veces se construye a base de mitos que no tienen ningún fundamento racional, son repetidos por ciertas instituciones sociales para mantener sus intereses o por simple ignorancia, este es el caso de la fundación de Maullín, sistemáticamente las autoridades de ese pueblo remontan sus orígenes ha 1560, pero los antecedentes documentales demuestran que es muy posterior a esta fecha. La aparición de seudohistoriadores y charlatanes que se dicen expertos de la historia de nuestra región a principios de la década de 1980 agudizo este error histórico con sus cuentos y fabulas de personajes de comedia que es necesario esclarecer para las futuras generaciones.
Nada en la ruta
La historia oficial dice lo siguiente de Maullín “fundada en 1560 por el capitán español Pedro Ojeda y Asenjo, quien ordenó construir un pequeño fuerte en la ribera sur del río, es una de las ciudades más antiguas del país y fue considerada por mucho tiempo como último bastión continental de Chile y vínculo obligado para el acceso desde y hacia la isla grande de Chiloé”. Es curioso que ninguna fuente documental de la época se refiere a tal hecho. En 1562 paso por las tierras de Maullín y Carelmapú Francisco de Villagra que no habla de la existencia de algún fuerte en ese paraje. Ruiz de Gamboa que cruzo el canal de Chacao en 1567 tampoco menciona el mentado fuerte. No habiendo documento y testimonio que certifique la existencia de tal edificación.
Quien es el capitán Pedro Ojeda y Asenjo
El capitán Pedro Ojeda y Asenjo es un personaje tan extraño como salido del universo de la imaginación. En los archivos coloniales no existe huella de su acto fundacional, ni menos de la existencia de este individuo en la lista de pasajeros hacia América, no aparece su nombre ni en las huestes de Pedro de Valdivia, García Hurtado de Mendoza ni de otro conquistador. Tampoco el historiador Luis Thayer Ojeda en sus estudios sobre familias y personajes de ese periodo enuncia alguna referencia de este hombre, ni sale destacado en batalla ni acción alguna. Se dice en un arrebato casi de delirio que tal capitán vino a Maullín por orden del gobernador Ambrosio O'Higgins a fines del siglo XVIII para reforzar el fuerte y la población del sector, no existe documento alguno de esa administración que corrobore la participación y existencia de Pedro Ojeda y Asenjo que ha significado su búsqueda la perdida de valioso tiempo a varios reconocidos historiadores.
La real fundación
Para aproximarse a una fecha de fundación es bueno acercarse a la documentación disponible. Por la carta del Gobernador y Capitán General de Chile Alonso de Ribera el 13 de abril de 1604 sabemos que Osorno comenzó a ser abandonada producto del levantamiento indígena el 15 de marzo de 1603, en ese año se produciría la fundación primera por parte del capitán Francisco Hernandez de Ortiz del fuerte de Calbuco y posteriormente cumpliendo las ordenes del gobernador Ribera se funda el otro fuerte de Carelmapú realizado por Francisco de Herrera.
El historiador Rodolfo Urbina afirma que en 1603 se funda Maullín con pobladores venidos desde Osorno. Pero no proporciona antecedentes que ratifiquen esto. El investigador de la historia local Cesar Sánchez habla que en la punta de Pilliquén, a orillas del río Maullín se coloca una dotación de soldado, tampoco proporciona respaldo documental de tal afirmación. Si revisamos las fuentes del periodo y las misiones hechas por los jesuitas, no hablan de ninguna acción evangelizadora en una población llamada Maullín. Pero la información aproximada más remota es de 1622 que se refiere a centinelas en la zona de Maullin. Por antecedentes proporcionados por el jesuita Diego de Rosales en su “ historia general del reino de Chile” de 1674 sabemos que en 1650 ya existe un numero de soldados de guardia en la actual ubicación del pueblo. ¿ Cual era su objetivo?. Vigilar el movimiento de la población huilliche de sus alrededores o sea el control del enemigo interno en la lógica del conquistador. Por lo dicho por Rosales el lugar donde estaban los soldados era una edificación menor en comparación a las fortificaciones de Calbuco y Carelmapú, que originalmente debieron estar ubicados en Lolcura.
Este proceso de poblamiento de Maullín se enmarca en una lógica mayor de la corona española, habilitar puesto de vigilancia para la apertura de vías de comunicación con la refundada población de Valdivia para así reforzar el control de ese espacio territorial.
La rigurosidad en materia histórica cosa que hacen historiadores como el calbucano José D. Mansilla Almonacid no solamente debe servir para esclarecer el pasado, también sirve para que la sociedad aprenda de este y saque las necesarias lecciones. Maullín desde hace años ha estado sometido a la improvisación en materia de preservación de su memoria cultural, es tiempo de dejar de lado la mentira y ser capaces de darle a ese pueblo el necesario despertar que merece ya que su futuro se avizora de esplendor.